A lograr movilización y crear conciencia popular

A lograr movilización y crear conciencia popular

El MAPU no se rinde

El MAPU no se rinde

54 años de lucha

54 años de lucha

«

MAPU: 54 AÑOS LUCHANDO, CREANDO PODER POPULAR

«

POR LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES

«

No + AFP, No + migajas, renacionalización del cobre y del agua, educación gratuita, estatal y de calidad:

A ORGANIZAR UN GRAN PARO GENERAL


«

EL MAPU SALUDA AL MPT
EN SU 14° ANIVERSARIO 5 de abril 2009-2023

UNIR LAS LUCHAS PARA QUE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES MANDEN

jueves, 1 de enero de 2009

¿Hablando de «falsos» Detenidos Desaparecidos?

Publicamos las sabias reflexiones de Juan René Maureira Moreno. Los Colectivos MAPU son sentimos interpretados con lo que nos está diciendo este digno luchador y serán lo primero que en este año compartimos con Uds. desde nuestro blog. ¡Gracias, Juan René! No olvidamos a tu abuelo René Maureira Gajardo, a nuestro compañero Sergio Maureira Lillo y a sus cuatro hijos, Sergio Miguel, José Manuel, Segundo Armando y Rodolfo Antonio Maureira Muñoz, ¡presentes! CUANDO LEEMOS EN LA PRENSA que se habla de «falsos» Detenidos Desaparecidos, ofende, molesta, indigna... pues no se pone en cuestión solo la ‹falsedad› de aquellos casos supuestamente mal calificados, sino también al concepto mismo del Detenido Desaparecido. Duele, impacta hasta el alma, así como cuando la misma prensa hablaba de los ‹supuestos› detenidos desaparecidos hasta el 1998, años después que el Estado había reconocido las masivas desapariciones forzadas, torturas, reclusiones, y tantos otros crímenes en contra de la dignidad de las personas. Particularmente me molesta esa actitud, irresponsable, insensata, poco sensible... y sin un mínimo análisis o evaluación de lo que implica hablar de «falsos detenidos desaparecidos», no hay un compromiso de comprensión y sensibilidad con un tema tan delicado y que afecta a tantas familias en todo nuestro país, pero incluso en países vecinos como Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, sólo por mencionar a los más cercanos pues la desaparición forzada de personas ha sido una lamentable realidad que sufrió toda Latinoamérica. Pareciera que -con algo de intención- quisieran -una vez más- presionar la herida, abrirla, moverla, corroerla, infectarla más de lo que ya está. AFDD PAINE: PARA QUE NUNCA MÁS VUELVA A OCURRIR Foto: www.memoriando.com El concepto de Detenido Desaparecido engloba mucho más que un caso de secuestro ilegal permanente, en la mayoría con torturas de por medio y resultados de asesinato, financiado con recursos públicos, y perpetrado por personas profesionalizadas en realizar esos crímenes, pagados cual funcionarios públicos por hacer daño a su propia gente. El detenido desaparecido significa también una tragedia, una realidad familiar, un dolor permanente, una incertidumbre perpetua. Significa uno de los episodios más vergonzosos de la historia de nuestro país y que aún continúa generando efectos psicológicos y sociales en el entramado social, en las comunidades, en las familias y en las personas más afectadas, incluyendo las nuevas generaciones que se ven inmersas en un conflicto que ya lleva más de tres décadas. En el proceso histórico que se puede interpretar en torno a «los detenidos desaparecidos» puede observarse el esfuerzo y la lucha que han realizado familiares, amigos, profesionales, entre otras tantas personas que se consignaron como la primera resistencia política y social en contra de la dictadura, defendieron y difundieron una cultura de respeto a los derechos humanos, participaron como un pilar fundamental en el proceso de lucha por la recuperación de la Democracia, y ya en ésta, han sido un eje esencial para luchar contra el letargo político en relación a los temas de Derechos Humanos y el enfrentamiento eficiente de una vergonzosa experiencia histórica. Esto último, es particularmente importante al cuestionarse entonces, el por qué de estos errores de calificación de desaparición forzada, mal llamados «falsos detenidos desaparecidos». En primer lugar, se debe comprender y visualizar este tema como un proceso histórico de más de treinta años en el cual han habido búsquedas, luchas, denuncias, apariciones, identificaciones, malas identificaciones, procesos judiciales abiertos, otros cerrados; políticas de reparación, manifestaciones públicas, ocultamientos de la verdad, cobardía, entre otras. Por otra parte, nunca olvidar que éste triste proceso fue causado por un equipo cívico-militar que gobernó el país durante la dictadura, donde eminentemente la primera responsabilidad le cabe a las Fuerzas Armadas, que no han sabido responder ni asumir, con altura de miras, con el deber que le deben a su pueblo, con la responsabilidad que les compete, y con el honor que se autoproclaman, su obligación de colaborar para solucionar estos casos. Han ocultado permanente la información y la han falseado vergonzosamente, han protegido a los responsables hasta el día de hoy, y han guardado un cobarde silencio cada vez en que reaparece este tema (recordar Patio29, Paine, Retiro de Televisores, Plan Cóndor, etc.). El ejército tiene información, guardó mapas, informes, registros, si hoy aún no aparecen miles de detenidos desaparecidos es porque el ejército, sin guardar el mínimo respeto ante los esfuerzos por una reconstrucción democrática del país, ha mantenido ese infantil «secretito a muerte» que no permite avanzar en este doloroso capítulo de la historia. Si hoy se reconocen errores de calificación o de identificación, es necesariamente porque el mundo castrense (que son instituciones del Estado financiadas por todos los chilenos) no ha cooperado en absoluto con su propio país. Foto: Luis Navarro. Agradecimientos a www.chipsites.com Finalmente, mencionar por cierto lo que muchos han recalcado una y otra vez, el Estado no ha enfrentado con seriedad, con la eficiencia que se requiere, con el compromiso político, ético y humano que se esperaría en relación a este problema. Da envidia ver como otros países latinoamericanos avanzan en materias de Verdad, Justicia y Memoria mientras el Estado de Chile pasa vergüenzas internacionales protegiendo a su propio dictador (que ya murió sin ser condenado), siendo reprendido por seguir aplicando la amnistía, por no aprobar los tratados internacionales de Justicia, contra la tortura y contra la Desaparición Forzada, entre otros lamentables episodios. Es verdad, se han hecho importantes esfuerzos, pero se requieren más, mayor compromiso para comprender que dada la magnitud de este problema, es necesario un trabajo permanente y a futuro. Abrir nuevamente comisiones que se cerrarán en un par de años no es trabajar en serio, lo que se necesita son organismos permanentes, que trabajen por los Derechos Humanos en un sentido retroactivo, pero también en el presente y hacia el futuro, en coordinación con los esfuerzos internacionales que se han realizado. El Instituto de Derechos Humanos en su forma actual, tampoco cumple ese mínimo requisito para que tenga algún grado de utilidad hoy y mañana. En definitiva, si hoy hay errores de calificación e identificación pueden entenderse como errores de un «proceso», pero no eximen de la prioritaria responsabilidad que le compete al Estado en que éstos de hayan producido. No existen los “falsos” detenidos desaparecidos, porque no es un proceso “falso” de nuestra historia, pueden haber errores de calificaciones o identificaciones (sin justificarlos) pero no “falsos” detenidos desaparecidos. No quiero -lo he dicho mil veces, y lo seguiré diciendo- ser un futuro torturado o detenido desaparecido como lo fue mi abuelo, simplemente por querer construir un país más justo, igualitario y sin miedo. Pero lo reconozco, tengo miedo esa posibilidad, y eso es así porque el Estado no ha sido capaz de crear las condiciones para que podamos sentirnos ciudadanos seguros y libres, no puedo dejar de sentir miedo cuando veo cómo un estado democrático no es capaz de enfrentar en forma sólida, los crímenes que cometió contra su propio pueblo, ni cuando hoy reprime brutalmente a sus estudiantes y a sus pueblos originarios. Espero haber dado una muestra, dentro de tantas voces que pueden expresarse frente a este tema, que el «detenido desaparecido» es mucho más que un caso, es un proceso que no acaba y que si no es asumido por toda la ciudadanía, no podremos avanzar en la construcción de una verdadera democracia, sin ese miedo que tanto daño sigue causando a las personas, a la sociedad y al país. Juan René Maureira Moreno. 30 de Diciembre de 2008.

No hay comentarios:

Publicar un comentario